El abuso emocional es simplemente el maltrato psicológico de una
persona a otra. Este tipo de abuso comprende actitudes, acciones y palabras,
como las humillaciones, los insultos, los gestos de desaprobación, el
aislamiento, la descalificación personal, las codependencias, etc.
Al igual que cualquier tipo de abuso, el abuso emocional es una
forma de violencia y agresión. Además, es un proceso constante que, con el
tiempo, deteriora nuestra autoestima e imagen personal.
Tanto víctimas como abusadores, pueden ser niños, jóvenes,
personas adultas o personas mayores. Asimismo, el abuso emocional puede ocurrir
en distintos ámbitos: en la familia, entre amigos, en una relación de pareja,
en la escuela, en el trabajo, en un grupo social, o religioso, político,
deportivo, etc.
Normalmente, el abuso emocional ocurre entre dos personas. Pero
también podemos abusar emocionalmente de nosotros mismos cuando estamos
severamente deprimidos.
Por ejemplo: Una persona deprimida puede decirse cosas muy duras,
como las que citamos a continuación:
- No sirvo para nada
- El mundo estaría mejor sin mí
- Nadie me quiere o nadie me acepta
- Nunca lograré hacer nada bien
- Soy un inútil. Etc.
De la misma manera, un abusador puede decirle a una víctima de
abuso palabras muy hirientes que le harán sentirse humillada o no valorada, no
aceptada, etc.
En ciertos ámbitos, puede haber testigos que presencien incidentes
de abuso emocional. Esto es común en sitios como el lugar de trabajo, cuando un
jefe descalifica a un empleado delante de otros empleados, o en durante una
discusión doméstica entre los padres, dónde los niños presencian el incidente.
La agresión verbal o la descalificación emocional de una persona
hacia otra, no sólo daña la autoestima de la víctima sino que afecta la salud
emocional de los testigos.
Es importante, entonces, valorarse y hacerse respetar poniendo
límites saludables y relacionándose adecuadamente con los demás.
CICLO DEL ABUSO EMOCIONAL
Por lo general, el abuso emocional es un proceso en el que se distinguen
tres etapas principales:
1) La acumulación de tensiones. Se suman diversos factores de
estrés que se van acumulando paulatinamente hasta que cualquier incidente menor
actúa como detonador y se produce el incidente de abuso mayor.
2) Incidente de abuso principal. En esta etapa es cuando el
abusador agrede a la víctima. El nivel de agresión puede tener distintos
niveles de intensidad, puede ser algo como un gesto de desaprobación hasta un
insulto u otra agresión verbal. Puede ocurrir en privado o en público. Puede
generar una discusión o atemorizar a la víctima. La víctima suele sentirse
descalificada y, muchas veces, también se siente amenazada o intimidada.
3) La luna de miel: Una vez liberada la tensión acumulada a través
del incidente de abuso emocional, el abusador y la víctima "hacen las
paces" y todo vuelve a la "normalidad". En esta etapa pueden
pasar algunas de las siguientes cosas: La víctima justifica al abusador, la
víctima perdona al abusador, o le ruega que reanuden su relación, el abusador
pide disculpas y promete que no volverá a ocurrir, etc.
El ciclo se perpetúa indefinidamente mientras la víctima (y/o el
abusador) no le pongan fin a ese modo inadecuado de relacionarse entre sí. La
tercera etapa del ciclo es, quizás, la más peligrosa, ya que las víctimas
suelen creer que el abusador cambiará y que realmente, el abuso no volverá a
ocurrir.
Cuando la víctima (o en algunos casos, el abusador) toma
conciencia de que se está repitiendo un patrón de conducta cíclico que no
resuelve el problema, sino que lo perpetúa en el tiempo, es posible que decida
modificar su conducta y abandonar su rol dentro de esa relación.
Otras veces, los ciclos parecen detenerse porque aparentemente la
víctima ya no acepta más abusos por parte del abusador, pero en muchos casos lo
que suele pasar es que se da un intercambio de roles y la víctima pasa a ser
abusadora de su abusador, quién asume el rol de víctima y la relación continúa,
junto con el ciclo de abuso emocional (ahora con los roles invertidos).
Para romper con el ciclo del abuso emocional es necesario cambiar
un patrón de conducta personal y, normalmente, esto requiere mucho compromiso,
trabajo personal, apoyo terapéutico y cierto periodo de tiempo.
¿Por qué cuesta terminar con una relación abusiva?
Normalmente, a las personas les cuesta romper con una relación
abusiva por varias razones. Una de estas razones es la inversión que han hecho
en esa relación. Esta inversión puede ser afectiva (sentimientos), social
(expectativas sociales y personales), material o económica (posesiones,
ingresos), de tiempo, etc.
Los abusadores suelen comprometer a sus víctimas. Por ejemplo:
pueden generarles dependencia emocional o afectiva, dependencia económica,
dependencia familiar (hijos), etc. A veces, hay mucho en juego. En el caso de
una relación de pareja pueden ser las posesiones materiales y la separación
física de la familia (vender la casa y el automóvil, decidir con quién vivirán
los niños). Este tipo de separaciones también suele implicar una pérdida
económica importante; y el estilo de vida quizás ya no sea el mismo, por
ejemplo. En el caso de dejar un empleo porque el empleador es un abusador,
quizás esté en juego toda una carrera profesional, o el prestigio social de una
persona, etc.
Al terminar con una relación (ya sea abusiva o no abusiva) se
pierden ciertos "privilegios". Además, hay que contar con un sistema
de apoyo o soporte que nos brinde contención emocional para ayudarnos a lidiar
con el duelo de las pérdidas.
A este tipo de inversiones y compromisos, se suma el temor a lo
desconocido, la falta de confianza en uno mismo, las dudas normales que surgen
después de reconocer que una relación no ha funcionado o que no hicimos una
buena elección (¿volveré a conseguir empleo?, ¿ volveré a formar una pareja o
una familia?, ¿volveré a ser un deportista reconocido?, etc.) El temor a
fracasar nuevamente también nos frena, a la hora de poner fin a una relación.
Por último, tomar la decisión de poner fin a una relación (del tipo
que sea) conlleva la idea de "cargar con la culpa" de no haber
continuado intentando recomponer la relación.
Decir NO o decir BASTA, no nos convierte en malas personas. Todos
tenemos derecho a decir NO o BASTA sin culpa alguna. Las relaciones se construyen
de a dos. La responsabilidad de que una relación funcione correctamente, es
compartida. Si una persona no se siente valorada o respetada en una relación,
tiene derecho a terminar con ella. Las personas emocionalmente saludables ponen
y aceptan límites, propios y ajenos. Aprenda a decir NO, sin morir en el
intento.
PERFIL DEL ABUSADOR
El Abusador Emocional
Algunas personas abusan de otras porque tienen problemas de salud
mental y ni siquiera logran darse cuenta de que están abusando de otras
personas; otras lo hacen siendo perfectamente conscientes del daño que causan,
como los psicópatas o sociópatas; y otras personas, simplemente abusan
emocionalmente de sus víctimas por falta conocimientos e información clave
acerca del abuso emocional.
Un ejemplo de este último caso sería el siguiente: Si una madre
aprendió que a los bebés se los debe dejar llorar por la noche para que
aprendan a no pedir comida - y en su familia esto siempre se consideró como
algo "normal" - ella abusará de sus hijos hasta que adquiera
conocimientos y habilidades de crianza saludables que le permitan comprender
que dejar llorar a un bebé de hambre por la noche es una aberración. No
obstante, incluso en nuestra época, hay muchos padres que todavía creen que a
los niños se los debe dejar llorar por las noches, cuando son bebés. Este tipo
de abuso -físico y emocional- se produce por ignorancia, por falta de
conocimientos o de información.
Normalmente, los abusadores internalizan tanto sus técnicas de
manipulación que acaban convirtiéndose en un hábito que practican
espontáneamente. Las personas con una autoestima saludable no necesitan
descalificar ni controlar a los demás y respetan los deseos y las necesidades
de otras personas. Por el contrario, un abusador, no respeta las necesidades ajenas
e intentará controlar a las demás personas, en todo momento.
Las siguientes son algunas características generales que suelen
exhibir los abusadores:
·
Algunos abusadores tienen un bajo nivel de tolerancia, un
temperamento explosivo y cualquier incidente menor desata su agresión.
·
A menudo, mantienen varias relaciones superficiales con diferentes
personas, al mismo tiempo.
·
Culpan a los demás por sus propios problemas, o culpan al mundo, a
la vida o a una situación particular.
·
Limitan a la víctima económicamente.
·
Necesitan de personas sumisas que se sometan a su voluntad.
·
No se comprometen afectivamente.
·
No se hacen cargo del daño que causan.
·
No tienen consideración ni sienten ni demuestran empatía por
otros.
·
Pueden parecer amables, educados y compasivos en público, pero se
crueles, sarcásticos e irónicos en privado.
·
Se obsesionan por revisar las pertenencias de las víctimas o
invadir su privacidad.
·
Son demandantes. Ordenan o exigen, no piden ni toleran que sus
necesidades no sean satisfechas.
·
Son muy inseguros, excesivamente posesivos y celosos. Tienen una
fuerte necesidad de controlar a los demás o de restringir los derechos y la
libertad de otras personas.
·
Tienen expectativas que no son realistas. Viven fuera de la
realidad
·
Tienen una alta capacidad de engañar a los demás y de engañarse a
sí mismos.
·
oTratan de aislar a la víctima de todo tipo de contacto humano,
con sus familiares, sus amigos, sus compañeros de trabajo u otras fuentes de
información.
demasiado susceptible y malinterpretarlo todo, o mintiendo o
tergiversando los hechos para generar confusión y hacer dudar a la víctima de
sus propias capacidades intelectuales, etc.
El sociópata muestra una cara encantadora en público, pero se
ocupa de mantener a su víctima prisionera de sus abusos a través de la
dependencia emocional, económica, física, social, etc. El mensaje subliminal
constante que le envía a su víctima es: "Sin mí no eres nadie",
"No puedes valerte por ti mismo(a)", "Si me dejas no podrás sobrevivir
por ti mismo(a)", etc.
Maneras en que actúa un abusador
Amenaza a la víctima o amenaza a sus seres queridos. Es egoísta y
sólo busca satisfacer sus propias necesidades. Se cree con derechos especiales.
El abusador hace que la víctima se sienta responsable por sus sentimientos, en
lugar de hacerse responsable él mismo por sus propios sentimientos. Huye de
cualquier contacto con la realidad o confrontación con sus emociones reales o
las necesidades de los demás. Invade la privacidad de la víctima. No respeta
los derechos de los demás. Incurre en deudas que la víctima tendrá que
afrontar. Justifica cada una de sus acciones (aunque sean injustificables).
Juzga o rechaza lo que víctima piensa, dice o hace. La insulta, la humilla o la
ataca verbal o físicamente. La hace sentir culpable de sus acciones y
decisiones para justificar sus actos de abuso. Necesita dominar las
conversaciones y las ideas, y necesita ser el centro de atención en todo
momento. No duda en usar a los demás para que den la cara por él o ella. Se
escuda detrás de los demás. Se rehúsa a disculparse, siempre tiene la razón. No
se hace cargo de su propia conducta. Subestima a la víctima, minimiza sus
necesidades y sentimientos, o la ignora. Trata a los demás como si le debieran
respeto o como si tuvieran que rendirle admiración Tiene emociones superficiales.
Usa castigos y recompensas para manipular emocionalmente a la víctima.
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