Test: ¿Sufres de Violencia económica?
1.- ¿Tu pareja te da menos gasto o se desentiende de
las cuentas cuando están enojados? (luz, agua, gas, vivienda, despensa)
2.- ¿Tienes que pedirle permiso a tu pareja para
comprarte un vestido o unos zapatos?
3.- ¿Él decide como se distribuye el dinero?
4.- ¿Piensa que el dinero que gana es de él y no de los
dos?
5.- ¿No tienes idea cuánto gana ni dónde tiene guardado
el dinero?
6.- ¿No te da gasto si no tienes sexo con él?
7.- ¿Se ha gastado el dinero que tenían asignado para
determinada actividad en otra cosa sin justificación?
8.- ¿Pides prestado porque tu pareja no quiere cubrir
algún gasto de la familia?
9.- ¿Controla tus ingresos?
10.- ¿Menosprecia el trabajo que haces en casa?
Evaluación
Respondiste SÍ a más de tres preguntas: ¡¡CUIDADO, tu
pareja está ejerciendo violencia económica!!
¿Qué hacer?
Reconocer y admitir la situación
Lamentablemente, muchas mujeres no asocian la violencia
doméstica con el abuso económico. Muchas
de las víctimas que sufren de este tipo de abuso ni siquiera han
escuchado el término.
A menudo es difícil lograr que la mujer haga algo para
detener este abuso, porque creen que su problema no es lo suficientemente serio
o dañino como para intentar detenerlo.
En la mayoría de los casos, las mujeres permiten la
violencia económica porque piensan que no son capaces de salir adelante solas.
Muchas veces acaban por creerle a su pareja que nunca lograrán obtener un
trabajo, y terminan supeditadas a la autoridad masculina.
Pero esto no tiene por qué ser así. Lo primero que
tienen que hacer es valorizarse, creer
en ellas mismas y convencerse de que pueden obtener sus propios ingresos.
En el caso de Gabriela, quien dependía completamente de
su esposo hasta hace unos meses, sus circunstancias la obligaron a buscar
alternativas de trabajo. “He aprendido a cortar el cabello y hacer otras cosas
que me han ayudado económicamente. Aunque me falta mucho por hacer, creo que he
dado un gran paso y me siento muy contenta por ello”.
Si te identificas con lo antes mencionado, es necesario
que te informes de qué está pasando con el dinero en tu hogar, qué deudas
tienen, con qué ahorros cuentas, los tipos de seguro que se pagan , entre otras
cosas.
Exige participación en las decisiones de dinero, conoce
dónde están las copias de todos los papeles financieros importantes. Quizás al
principio te resulte complicado, pero después te encantará saber dónde estás
parada.
Actualmente existen centros de atención y leyes que
apoyan a las víctimas de cualquier tipo de maltrato, pero lo importante es que
decidas poner un alto a una situación perjudicial para ti y tu familia. La
ayuda está al alcance para defender TUS derechos.
FUNDACION DE MUJERES ARTEMISA TE AYUDA….
Prevención
La mayoría de los estudios y análisis del tema enseñan
que hay que formar una generación nueva, con otra perspectiva no sólo frente al
dinero, su adquisición y administración, sino con la forma de interactuar con
las parejas.
Una generación que siga creyendo que el dinero lo gana
y lo administra el marido, y que la mujer sigue los dictados del varón,
simplemente, seguirá creando violencia, dependencia, abuso y lucha de poder. En
pocas palabras: el que los varones se
sientan proveedores despierta la dominación y el sometimiento, precisamente
porque es el sentimiento que genera el saberse dueños absolutos del control.
Animar a las mujeres jóvenes a ser económicamente
independientes, es darles herramientas para no caer en el juego de la
dependencia emocional que las lleve a ser víctimas de violencia de género.
Educar a los varones para entender que una pareja sana comparte la
administración de los recursos sin luchas de poder, sino con equidad y
equilibrio, es hacerle un favor a la siguiente generación.
Del mismo modo, se necesita generar una cultura donde
se vea el trabajo de la mujer como digno y con igualdad, para evitar que sólo
se vea como complementario, provocando "la invisibilidad" del trabajo
femenino, otorgándole un carácter de menor trascendencia social.
Pensión alimenticia
Cuando un hombre se niega a dar la pensión alimenticia,
incumple con un mandato constitucional, pero sobre todo niega un derecho
fundamental de las mujeres y de sus hijos.
Esa situación, que por lo general provoca tensión en la
relación de los ex cónyuges, es también una forma de violencia hacia la mujer
que se deben combatir mediante disposiciones legales que pongan en claro que el
cumplimiento de las obligaciones de un padre no está a negociación y, mucho
menos, es voluntario.
La pensión alimenticia NO es un favor o una limosna. Es
un derecho que todas las mujeres que han dedicado sus vidas al hogar tienen, y
es una obligación que deben exigir a quien le corresponde otorgarla. El derecho
de toda niña y mujer a vivir sin violencia es fundamental, y la violencia
económica es un delito que debe denunciarse y castigarse.
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